La noticia explotó ayer como una bomba: la compañía Disney han llegado a un acuerdo con
George Lucas para
adquirir Lucasfilm y todo lo que este sello
significa: algunas de las franquicias más exitosas de todos los tiempos (Star Wars e Indiana Jones), y algunas de las
empresas tecnológicas más punteras en postproducción (Skywalker Sound e Industrial Light & Magic) y en videojuegos (LucasArts). Todo ello por el “módico”
precio de 4 mil millones de dólares.
Detrás de esta noticia sorprendente hay que ver una estrategia
empresarial cuidadosamente diseñada, que comenzó a mediados de la década
pasada. Consciente de la evolución de la industria y el mercado audiovisual,
impulsada por la revolución digital, Bob Iger, presidente y CEO de
Walt Disney, tuvo muy claro que la clave del liderazgo en un futuro cada vez
más competitivo y “multiplataforma” pasaba por la capacidad de generar personajes
e historias de éxito o, en su defecto, aliarse con (o adquirir a) quienes han
sido capaces de hacerlo.
En efecto, durante décadas, los estudios Disney habían sido el
referente en la creación de relatos memorables –la mayor parte, de animación–. Sin
embargo, a mediados de los años 80 la savia creativa que lo inspiraba pareció
agotarse. La entrada al frente del estudio del tándem Michael Eisner-Jeffrey Katzenberg tuvo
el efecto deseado. Su logro principal consistió en volver a convertir a Disney
en una fábrica de nuevos “clásicos” –como La Sirenita (1989), La Bella y la Bestia (1991),
Aladino (1992) o El Rey León (1994)–. Con
todo, el comienzo de milenio fue otro momento de desorientación para el gigante
del entretenimiento. Bob Iger –que había entrado como presidente en 2000–
sustituyó a Eisner como nuevo director general en 2005. A partir de ahí,
comenzó a poner los fundamentos de la nueva compañía, para prepararla con
vistas al nuevo escenario
digital. Sus decisiones estratégicas se apoyaban en dos pivotes
fundamentales: alianzas creativas y alianzas tecnológicas. Las primeras se
concretaron en la compra de Pixar en 2006 y
de Marvel en 2009. La segunda, en su
“matrimonio” con Apple: Steve Jobs se convirtió en
uno de los principales accionistas de Disney y más recientemente Iger entró a
formar parte del consejo de administración de Apple.
Con todo, hay que mencionar que la relación entre Disney y Lucasfilm
comenzó en 1987, año en que se inauguró el primer Star
Tour en el Disneyland
original (Anaheim, Los Ángeles) –al que siguieron los de Orlando, París y Tokio–.
Más tarde Indiana Jones se sumó a los parques temáticos. Y la ABC ha estado
desarrollando una serie sobre Star Wars.
Detalles del acuerdo
Bien mirado, el acuerdo le ha salido redondo a Disney. Para empezar,
George Lucas había comunicado recientemente su deseo de retirarse del negocio
que él mismo había levantado durante los últimos cuarenta años. Por otro lado,
él era el único propietario del imperio Lucas, así que no hacía falta poner de
acuerdo a una pléyade de accionistas. Y por último, viendo el precio que Disney
ha pagado (4.050 millones de dólares), casi puede hablarse de saldo. En efecto,
llama la atención esa cifra si la comparamos con los 7.400 millones de dólares
que desembolsó para hacerse con Pixar y los 4.200 que le costó adquirir el
sello Marvel. No hay que olvidar que sólo la saga Star Wars ha recaudado
4.400 millones de dólares en las taquillas del mundo entero, y mucho más en
DVDs, videojuegos y merchandising. Con todo, debe decirse que el precio
en el que se ha tasado Lucasfilm se basa en su cotización en bolsa en el
momento de la compra. De la cantidad total, Disney ha aportado la mitad en
metálico y la otra mitad en acciones (40 millones, nada más y nada menos), que
han ido a parar al bolsillo de Lucas.
Tal y como estipula en el acuerdo, el sello Lucasfilm se mantendrá
unido a las franquicias por él generadas (Star Wars e Indiana Jones).
Al frente de esta compañía seguirá una de las mujeres más importantes de
Hollywood, Kathleen
Kennedy, a quien Lucas puso al frente de
su compañía en junio al anunciar su retirada. Kennedy fue cofundadora de Amblin Entertainment
junto con Steven Spielberg, con quien coprodujo las películas de Indiana Jones.
A partir de ahora, esta productora ejecutiva será la responsable de supervisar
todos los aspectos de las franquicias de Lucas, bajo las órdenes del
responsable de los estudios Disney, Alan Horn. En cuanto al
resto de compañías del emporio Lucas (Skywalker Sound, Industrial Light &
Magic y LucasArts), basadas en San Francisco, seguirán operando como hasta
ahora.
Star
Wars renace bajo la sombra de Mickey Mouse
Al
mismo tiempo que Iger y Lucas daban a conocer el acuerdo, anunciaron el estreno
de una nueva entrega de Star Wars en 2015. De hecho, la nueva estrategia
de producción de Disney, en palabras de su presidente, consistirá en sacar al mercado entre cuatro y
seis películas no de animación al año, con un nuevo título de la saga creada
por Lucas cada dos o tres años. El resto incluirá una o dos películas del sello
Marvel, una de Pixar y otra de de animación de Disney. “Preferimos centrarnos
en franquicias o películas de uno de nuestros sellos que producir películas
indeterminadas”, ha declarado Iger.
No es de extrañar, ya que explotar
bien una franquicia siempre es un camino más seguro y menos arriesgado
–pese al desastroso
resultado de John Carter
(2012)–. En
palabras de Iger, “Star Wars es una de las marcas de entretenimiento más
valiosas de todos los tiempos, una fuente perdurable de contenido de alta calidad
y con un atractivo global. Además, encaja perfectamente en nuestra estrategia
de potenciar los nuevos modelos de negocio en las plataformas digitales”. Las
cifras, así lo demuestran: sus 17.000 personajes han generado unos ingresos de
215 millones de dólares en merchandising en el último año.
Exposición sobre STAR WARS en Madrid, 2009 |
A partir de ahora, habrá más leña que alimente el fuego de las galaxias. Muchos se preguntan –con razón– cuál será la
reacción de los fans de Star Wars. Existe un fundado temor a que se
desvirtúe o malogre una saga que ha sido mimada hasta ahora por su
creador. Siempre existirá el riesgo. Sin embargo, en mi
opinión hay que tener en cuenta un par de factores: primero, que el universo de
ficción creado por Lucas llega mucho más allá
mucho más de lo que hemos visto en las películas –es casi una
cosmogonía–, y ha sido ya explotado a
través de novelas, cómics y videojuegos; y segundo, con toda seguridad, esas
continuaciones contarán con la supervisión y aprobación de Lucas (al menos
mientras viva).
Por
otro lado, será interesante observar también la reacción de los estudios
rivales.
De momento, el más
sorprendido ha sido la 20th
Century Fox, para quienes esta decisión de Lucas ha sido un golpe bajo (eran
los distribuidores de la saga de las galaxias desde 1977).
Disney ha movido ficha: con toda probabilidad en los meses venideros se
producirán nuevas adquisiciones o fusiones, sobre todo de aquellos que no quieren
ser expulsados del tablero de juego.
Un retiro dorado y una decisión paradójica
En sus declaraciones con motivo de este acuerdo, George Lucas ha
manifestado: “Durante los últimos 35 años, uno de mis mayores placeres ha sido
ver cómo Star Wars pasaba de una generación a otra. Ha llegado el
momento de que pase también a una nueva generación de cineastas. Siempre he
pensado que Star Wars me sobreviviría, y pensaba que era importante
asegurar la transición durante el tiempo que me quede de vida. Confío en que
con Kathleen Kennedy al frente de Lucasfilm y teniendo nuestro hogar dentro de
la organización Disney, Star Wars perdurará y florecerá durante muchas
generaciones venideras”.
A más de uno habrán extrañado estas palabras, y también la actitud de
Lucas. Al fin y al cabo, Lucas ha sido siempre un francotirador, un cineasta
“independiente”, crítico con el sistema de estudios. Quizá por ello mismo, más
de uno habrá visto una claudicación o un comportamiento, cuanto menos,
paradójico. ¿Qué razón hay detrás? El mismo Lucas lo explica en este vídeo.
Sea como fuere, los estudios Disney están de enhorabuena. Y que mejor
manera de cerrar este artículo con las palabras que Bob Iger dirigía a los
empleados de su compañía para anunciar el acuerdo y dar la bienvenida a su
nuevo socio: “George Lucas es un visionario, un innovador y un narrador de
historias épicas, y nos sentimos profundamente honrados de que haya confiado el
futuro de su extraordinaria herencia creativa a Disney (…). Estamos muy
iluisionados con esa adquisición y creemos firmemente que podemos hacer grandes
cosas con estos increíbles activos. Por favor, uníos a mí para dar la
bienvenida a Lucasfilm a la familia Disney”.
“May the Force be with you, Disney, always”.
© Alejandro Pardo, 2012. Quedan
reservados todos los derechos. Puede reproducirse el contenido de este blog con
permiso del autor.
Hola, Alex:
ResponderEliminarMe pregunto si con esta transacción, los beneficios que recibía Lucas por el RenderMan vuelven a Pixar.
Gracias.
Pues es una buena pregunta, Ana Mª. La verdad es que no lo sé (y tampoco he encontrado información en la red). En cualquier caso, ahora todo quedará "en casa" (de Mickey Mouse...)
ResponderEliminarY tan en casa, ¿te has fijado que los guionistas de grandes éxitos de Pixar, como Joss Whedon (Toy Story 1) y Michael Arndt (Toy story 3), se están haciendo cargo de las nuevas franquicias de Disney? ¿Estaremos ante la pixarización de estas marcas...?
EliminarUn saludo