Reseñas



Iordanova, Dina & Stuart Cunningham (eds.), Digital Disruption: Cinema Moves On-line, St Andrews Film Studies, St Andrews, UK, 2012. 223 pp.



El impacto de la digitalización en la industria audiovisual es, probablemente, uno de los temas más en boga hoy día. Se trata de un hecho vivo y cambiante; es raro el día que la prensa especializada no recoge nuevos acontecimientos e iniciativas que afectan exponencialmente a la cadena de valor del producto audiovisual, a las formas de consumo y, en consecuencia, a los modelos de negocio. En consecuencia, la comunidad científica está prestando especial atención a estos profundos cambios y también son prolijos los estudios y los análisis académicos –con la dificultad que conlleva reflexionar sobre una realidad en continua evolución.
En este contexto debemos situar el presente volumen coeditado por Dina Iordanova, directora del Departamento de Cine (Film Studies) de la Universidad de St Andrews (Escocia, Reino Unido), y Stuart Cunningham, director del ARC Center of Excellence for Creative Industries and Innovation, de la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia). Viene a ser el texto conclusivo de un proyecto de investigación que ha durado tres años (2008-2011), financiado por la fundación Leverhulme, sobre las nuevas dinámicas en el cine del mundo (Dynamics of World Cinema).
Se trata del primer estudio académico publicado hasta la fecha que explora, de una manera sistemática, global e integradora los profundos cambios que está experimentando la distribución y el consumo de películas en el mundo entero gracias al desarrollo de internet, con un especial énfasis en las consecuencias que ello puede tener para el cine más independiente, de cualquier nacionalidad. Así pues, la perspectiva predominante no es la industria de Hollywood, aunque también se aborda en varios capítulos.
El libro se estructura en tres secciones muy diferentes, con cinco capítulos cada una. La primera de ellas es, sin duda, la que posee mayor enjundia, ya que reúne los textos más reflexivos y analíticos sobre este cambio de paradigma (de lo analógico a lo digital). La segunda incluye varios casos de estudio de iniciativas empresariales relacionadas con la difusión de cine online, y la tercera recoge los apéndices con una valiosa documentación.
En el capítulo inicial, la propia Dina Iordanova, además de explicar el por qué del libro y presentar cada una de las contribuciones, realiza una primera síntesis de los principales transformaciones que la digitalización está provocando que en el ámbito de la distribución y el consumo cinematográficos. Después de constatar cómo la revolución digital (digital disruption) afecta a todos y cada uno de los estratos de la industria, centra su atención en el fenómeno de la desintermediación (disintermediation) o desaparición de intermediarios, que afecta radicalmente al negocio de la distribución. En un mundo sin fronteras físicas, los contenidos audiovisuales pueden viajar de una manera más sencilla y eficaz. Sin embargo, como esta autora se apresura a anotar, todo ello pasa por la reconversión de los modelos de negocio e incluso del propio concepto de propiedad intelectual. Cierra el capítulo un apunte sobre el nuevo papel de los festivales y de la cinefilia ante este nuevo escenario.
El segundo capítulo, firmado por Stuart Cunnigham y Jon Silver, recoge una síntesis histórica de los diversos intentos de comercializar películas por internet en distintas áreas geográficas del mundo, así como un análisis de las causas que han llevado al éxito o al fracaso. Los capítulos tres y cuatro son, a mi juicio, los más interesantes. Ambos están escritos por dos expertos analistas –Michael Gubbins, antiguo director de Screen Daily, y Michael Franklin, investigador formado en la Cass Business School de Londres. Demostrando un profundo conocimiento de la industria audiovisual y haciendo gala de una notable capacidad de racionalización y sistematización, Gubbins desgrana con notable claridad expositiva las principales transformaciones que se están produciendo en la industria del entretenimiento gracias a la revolución digital. En concreto, y es su tesis principal, el nuevo paradigma ha cambiado para siempre la relación entre los consumidores (un público cada vez más activo) y los contenidos (en mercados cada vez más fragmentados). En consecuencia, los intermediarios (distribuidores) deben reconvertirse si no quieren desaparecer. En torno a estas ideas, este autor ofrece una visión completa del nuevo escenario, desde las nuevas formas de distribución y los modelos de negocio hasta el papel de las redes sociales o las nuevas narrativas “transmedia”. Por su parte, Franklin aborda estas mismas cuestiones desde la perspectiva de la cadena de valor del producto cinematográfico. Cierra esta primera sección un interesante capítulo de Marijke de Valck sobre le modo en que internet y la digitalización afectan a los festivales de cine.
La segunda parte del libro se centra en cinco casos de estudio. El primero de ellos, escrito por Jon Silver, Stuart Cunningham y David Ryan, versa sobre Jaman, uno de los primeros portales creados para difundir cine independiente y de países del tercer mundo. Los dos siguientes casos, elaborados por Alex Fisher, son la conocida base de datos Internet Movie Database (IMDb) y el portal Withoutabox, integrado en el circuito de festivales (curiosamente, ambas plataformas fueron adquiridas por Amazon). Por último, Ben Slater rinde un homenaje a las iniciativas puestas en marcha por cinéfilos, a través del caso de una de ellas, llamada Criticine.
El libro se completa con cinco apéndices de indudable interés: un cronograma de los principales hitos en la progresiva implantación del cine en internet y que cubre los años 1994 a 2011; una selección de los principales sitios web que ofrecen contenidos cinemtográficos, clasificados por países y zonas geográficas; una tabla comparativa de las 40 principales webs de cine online del mundo; otra tabla comparativa sobre modelos de negocio y gestión de derechos de cinco plataformas señeras (iTunes, Hulu, Netflix, Amazon y CreateSpace); y finalmente un listado con direcciones URL de casi medio centenar de sitios web que ofrecen contenidos cinematográficos.
Hay que agradecer a los editores la rapidez con que han publicado los resultados de este proyecto de investigación –aunque haya sido a través de su propia editorial. De esta manera, no sólo han evitado lo que suele ocurrir con muchos textos de esta naturalea –para cuando ven la luz, ya han quedado obsoletos–, sino que han logrado posicionarse como lo que realmente son: un libro pionero y una referencia obligada para quienes estudien la transformación de la industria audiovisual.










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Angus Finney, The International Film Business. A Market Guide Beyond Hollywood, Routledge, London, 2010, 245 pp.


Quizá lo que más llame la atención de este libro sea el perfil de su autor. Antiguo consultor y periodista, este experto en la industria cinematográfica europea se dio a conocer a mediados de los años 90 gracias a dos estudios que exploraban los entresijos del desarrollo, producción y distribución de proyectos cinematográficos en Europa: The State of European Cinema: A New Dose of Reality (Casell, Londres) y Developing Feature Films in Europe: A Practical Guide (Routledge, Londres)  ambos de 1996. A ellos se unió la historia del auge y caída de una conocida productora-distribuidora británica: The Egos Have Landed: The Rise and Fall of Palace Pictures (Heinneman, Londres, mismo año). En los catorce años transcurridos desde entonces, Finney no ha permanecido inactivo: por un lado, ha tenido ocasión de experimentar en carne propia los avatares de la producción cinematográfica –como responsable de Rennaisance Films– y, posteriormente, ha decidido especializarse en estrategia y gestión del negocio cinematográfico en la prestigiosa Cass Business School de Londres. Actualmente es profesor en la Judge Business School (Cambridge).
Resulta necesario detenerse en estos prolegómenos para valorar adecuadamente esta reciente publicación. No es frecuente encontrar expertos que han pasado de la práctica profesional a la formación académica (por este orden), en un afán por entender mejor un negocio de por sí complejo y hasta caprichoso. Curiosamente, la motivación del autor a la hora de escribir este libro no se basa –como suele ser el caso– en transmitir una historia de éxito, sino más bien en averiguar precisamente porqué la mayoría de proyectos cinematográficos no triunfan. De ahí su esfuerzo por racionalizar y sistematizar su experiencia como productor, con sus luces y sus sombras. Estas páginas destilan, pues, una sabiduría difícil de encontrar en otros textos escritos por eruditos de la economía o del management, que abordan la industria del cine “desde la barrera”, sin haber bajado nunca al ruedo. En este sentido, Finney puede considerarse un pionero en la aplicación de los principios de la dirección y gestión de proyectos, así como de la estrategia de negocio, al caso de la industria cinematográfica.
Dos coordenadas más sitúan el singular enfoque de este libro. Por un lado, y como indica el título, ofrece una visión del negocio cinematográfico más allá de Hollywood, es decir, tal y como funciona en la mayoría de países del mundo (lo que se conoce como cine internacional y/o independiente, aunque los ejemplos y la perspectiva son marcadamente europeos). Por otro, se trata de una visión ab intra de la industria cinematográfica en un momento de grandes cambios y desafíos, provocados por los procesos de globalización y digitalización.
Con un lenguaje divulgativo y una exposición sistemática, propia de un manual, el libro estructura su veintena de capítulos en tres secciones. La primera de ellas está dedicada a la cadena de valor del producto cinematográfico (The film value chain), en la que describe el proceso de desarrollo, producción y comercialización de películas, con especial atención en la toma de decisiones sobre aspectos creativos y financieros. La segunda se centra en el mercado y los consumidores, destacando el cambio del paradigma analógico al digital (Users and the changing digital market). La parte tercera aborda las estrategias de negocio y de gestión de proyectos en este nuevo escenario digital y global (Business and management strategies). Cierra el volumen un breve y útil glosario de términos financieros y técnicos. Por último, es de apreciar los abundantes casos prácticos y ejemplos que se incluyen al final de los capítulos o epígrafes –algunos de ellos con información detallada, rara vez accesible–, así como las numerosas tablas y gráficos que ayudan a visualizar conceptos, datos y cifras.
Si hubiera que poner algún “pero” a este texto sería en cuestiones menores. Por un lado, algunos casos prácticos pueden haber quedado desfasados; por otro, y dado que el libro se ha diseñado desde la perspectiva del management, los capítulos podrían reordenarse en tan solo dos grandes secciones: una centrada en estrategias de negocio (visión macro) y otra en la gestión de un proyecto singular (visión micro).
Con todo, nos encontramos ante una sólida aportación a la literatura empresarial aplicada al cine, dirigida a emprendedores, y de gran utilidad tanto para académicos como para profesionales. Sin duda Finney ha marcado un nuevo hito en la mejora de la formación de futuros productores y distribuidores.

© Alejandro Pardo, 2012. Quedan reservados todos los derechos. Puede reproducirse el contenido de este blog previo permiso del autor.








Paul McDonald y Janet Wasko (eds.), The Contemporary Hollywood Film Industry, Blackwell, Oxford, 2008, 326 pp.


Las relaciones entre Hollywood y Europa son tan antiguas como el mismo cine. Sin embargo, la época presente, caracterizada tanto por la globalización de los recursos y los mercados como por la revolución digital, está siendo testigo de nuevas estrategias de alianza y competencia entre ambos contendientes.

No es una casualidad que durante las últimas décadas varios estudiosos hayan comenzado a subrayar la internacionalización de la industria cinematográfica americana. Uno de los textos pioneros en este sentido fue The International Film Industry: Western Europe and America since 1945, publicado por Thomas H. Guback en 1969 y traducido al castellano en 1980 (La industria internacional del cine, Fundamentos, Madrid). En los últimos años, el “Hollywood internacional” o “Hollywood global” ha sido objeto de atención de numerosos estudios. Cabe citar, entre otros, el libro de Colin Hoskins, Stuart McFadyen y Adam Finn titulado Global Television and Film: an Introduction to the Economics of the Business (Oxford University Press, Oxford, 1997); el volumen editado por Gorham Kindem The International Movie Industry (Southern Illinois University Press, Carbondale, 2000); y el conocido texto de Toby Miller y otros titulado Global Hollywood (British Film Institute, Londres, 2001), reeditado y ampliado en 2005, y publicado en castellano según la primera edición (El nuevo Hollywood: del imperialismo cultural a las leyes del marketing, Paidós, Barcelona, 2005). Todas estas publicaciones reflejan, de un modo u otro, la expansión de Hollywood a lo largo del mundo entero como claro competidor desde el punto de vista de la industria y los mercados. De igual modo, dan cuenta de la reacción de los diferentes territorios para defenderse del dominio americano, a la vez que tratan de obtener algún beneficio para sus propias industrias nacionales.

Una última e interesantísima aportación en esta línea de inverstigación es el conjunto de estudios publicado por Paul McDonald y Janet Wasko bajo el título The Contemporary Hollywood Film Industry (2008), un volumen que pretende ofrecer una visión poliédrica de la industria cinematográfica americana como fenómeno internacional desde los años 80 hasta el momento presente, haciendo hincapié en los retos de las estrategias corporativas con vistas al mercados global. En efecto, según estos autores, “para entender el Hollywood de hoy día es necesario fijarse en las principales compañías o corporaciones, que a su vez forman parte de grandes emporios mediáticos (…), no exclusivamente centrados en el negocio cinematográfico (…) sino también en otros sectores de la economía audiovisual” (p. 7). Este Hollywood está caracterizado por “la creación de grandes conglomerados [grupos multimedia], la diversificación [del negocio], la internacionalización de la propiedad, la multiplicación de los canales de distribución, la escalada de presupuestos de producción, la producción de películas-espectáculo, la explotación de mercados secundarios, un mercado laboral basado en trabajadores autónomos, tanto creativos como técnicos, y la dispersión global de [los centros de] producción” (p. 4). En consecuencia, subrayan, es necesario abordar este análisis descriptivo desde diferentes prismas, tales como el corporativo, tecnológico, geográfico y cultural.

Esta colección de artículos se desglosa en tres partes, que aglutinan una veintena de capítulos, muchos de ellos firmados por expertos de reconocido prestigio. La primera de ellas, que incluye un total de ocho artículos, ofrece un completo análisis estructural de la industria y los mercados de las películas hollywoodienses. Thomas Schatz abre esta sección con una reveladora descripción del “Hollywood corporativo” (Conglomerate Hollywood), un gigante multimedia que necesita del talento independiente para sobrevivir. Sigue el capítulo de Janet Wasko, centrado en las nuevas estrategias financieras y de producción que rigen el nuevo Hollywood. El resto de capítulos cubren el marketing y la distribución (Philip Drake), la exhibición (Charles Acland), el mercado televisivo (Eileen Meehan), el mercado videográfico (Frederik Wasser) y los mercados secundarios, tanto videojuegos (Randy Nichols) como bandas sonoras (Jeff Smith).

La segunda parte, más breve, es singularmente enjundiosa. Viene a ser un análisis transversal centrado en cuatro factores que caracterizan la dinámica de la industria hollywoodiense y que dan lugar otros tantos capítulos. El primero de ellos, firmado por Susan Christopherson, analiza los efectos de la concentración en la mano de obra y en el capital humano. Paul McDonald, por su parte, aborda los rasgos que caracterizan al star-system en el nuevo Hollywood. Especialmente provocador es el artículo de Manjunath Pendakur, que ofrece una visión crítica de las estrechas relaciones entre Hollywood y el gobierno norteamericano a lo largo de las últimas décadas. Cierra esta sección otro tema de especial interés (a cargo de Ronald V. Bettig) como es la propiedad intelectual y, más en concreto, la lucha de Hollywood por promover una legislación global sobre derechos de autor.

Finalmente, la tercera sección de este volumen se centra en la relación de Hollywood con los mercados internacionales. El capítulo introductorio, escrito por John Trumpbour, ofrece una descripción crítica de la política de expansión de Hollywood en el mundo, abordando cuestiones polémicas como el difícil equilibrio entre las necesidades comerciales y el “imperialismo cultural”. El resto de capítulos son una muestra representativa de la acción-reacción de distintas industrias y mercados antes el coloso americano: Reino Unido (Paul McDonald), Francia (Joël Augros), Alemania (Peter Krämer), Italia (Krishna P. Jayakar y David Waterman), Latinamérica (Tamara L. Falicov), Lejano Oriente (John A. Lent), India (Nitil Govil) y Oceanía (David Newman).

En suma, el principal valor de este libro reside en su mutifacético análisis de la industria hollywoodiense como principal productor de entretenimiento, elaborado desde un prisma crítico e internacional. Su lectura contribuye a enriquecer el debate sobre la intrincada red de relaciones económicas, políticas, sociales y culturales que afectan a la industria cinematográfica en el mundo. Al fin y al cabo, las pantallas de cine son un frente de primer orden en la batalla por capturar la mente y el corazón de millones de espectadores y –por qué no– también sus bolsillos.

© Alejandro Pardo, 2012. Quedan reservados todos los derechos. Puede reproducirse el contenido de este blog previo permiso del autor.