Al hilo de lo
que comentaba en el primer párrafo del artículo
anterior –el permanente vínculo
entre Hollywood y la Casa Blanca–, me ha parecido interesante traer a
colación algunas de las últimas medidas del gobierno de Estados Unidos y de la
industria hollywoodiense en relación al fomento de la protección de la propiedad intelectual y la lucha contra la piratería.
Desde
la Casa Blanca: plan estratégico para la protección de la propiedad intelectual
A comienzos de
este año, la Administración Obama dio a conocer su plan estratégico para la
protección de la propiedad intelectual generada en el país (2013 Joint Strategic Plan on Intellectual
Property Enforcement), que abogaba ad
intra por una mejor coordinación entre los organismos encargados de hacer
cumplir la ley correspondiente y ad extra
por una mayor presión para que todos los gobiernos del mundo avancen en esta
misma línea.
En la
presentación de este informe, su coordinadora, Victoria Espinel, responsable de asuntos relativos a la Propiedad Intelectual en la Casa Blanca (y apodada the Copyright Czar), afirmaba sin
ambages: “La propiedad intelectual es un motor clave de nuestra economía, de
modo que nos importa promover un enfoque correcto para su protección; un
enfoque reflexivo, dedicado y efectivo, que haga un uso adecuado y eficiente de
nuestros recursos”. Y con un desinhibido sentido patriótico, añadía: “La
nuestra es una nación de emprendedores, inventores y artistas. Las ideas que
los ciudadanos estadounidenses generan catalizan una investigación de
vanguardia, garantizan una vida más larga y saludable, y aseguran el poder de
la economía más productiva del mundo. Nuestro ingenio y espíritu emprendedor han
hecho de los Estados Unidos una nación grande, y debemos defender con uñas y
dientes esta ventaja competitiva. Como el presidente Obama ha repetido: ‘Si el terreno
de juego está nivelado, os prometo que Estados Unidos siempre ganará’”.
Son tres las líneas de acción por las que aboga este
informe, cada una de ellas dirigida a un ámbito o sector: a) con respecto a los
socios comerciales extranjeros, una
mayor presión para seguir mejorando la protección de la propiedad intelectual;
b) en cuanto al sector privado,
continuar combatiendo la piratería de forma voluntaria; c) en cuanto al Congreso, continuar la batalla en el
frente legislativo.
Por su parte, la
Motion Pictures Association of America (MPAA),
lobby corporativo de los estudios de
Hollywood, no tardó en elogiar el informe a través de su director ejecutivo y
presidente, el senador Chris Dodd: “Compartimos con esta
Administración el compromiso de promover y proteger la propiedad intelectual
estadounidense abriendo nuevos mercados para los productos norteamericanos, educando
al público acerca del valor de las industrias basadas en la propiedad
intelectual y del daño causado por el robo a estas industrias, así como fomentando
las mejores prácticas voluntarias en las empresas privadas que tengan
responsabilidades clave en el mundo de internet” [léase Google, Facebook y
otras semejantes].
Al margen de
la polémica reciente sobre el espionaje del gobierno
estadounidense a través de las redes sociales por aducidos motivos de
seguridad, lo cierto es que la Casa Blanca tiene razones para preocuparse. Desde
que se iniciara estos planes estratégicos para proteger la propiedad
intelectual en 2010, las infracciones contra ella (piratería) han aumentado en
un 53%, especialmente en lo referente a electrónica de consumo y contenidos de
entretenimiento. Ese mismo año, según apunta el informe, las industrias de
propiedad intelectual representaban el 34,8% del PIB estadounidense, a los que
habría que sumar 27,1 millones de puestos de trabajo directos y otros 12,9
millones indirectos.
También en
este caso se demuestra que la solución
al problema de la piratería pasa
por la triple acción mencionada al
final del artículo
anterior: homologación legal, educación cívica y ofertas competitivas.
Apelando de algún modo a todas ellas, este informe concluye: “Con respecto al
entorno online, [esta] Administración
considera que cuando a los estadounidenses o a personas de todo el mundo se les
dan opciones reales de tipo legal e ilegal, la gran mayoría preferirá la opción
legal. Por consiguiente, alentamos el desarrollo y uso de servicios online legales, como parte importante de
una estrategia eficaz para la reducción de la actividad infractora”.
El informe argumenta
además que los bienes digitales legales “ofrecen claras ventajas sobre los ilegales
independientemente del precio”, como son “la mayor calidad, vienen con garantía
expresa de calidad, ofrecen servicios a los clientes, y no presentan el mismo
riesgo de virus”. Y sobre todo, aseguran la debida compensación a los artistas
y creadores de contenidos. Sin ella, resulta muy difícil –por no decir
imposible– la supervivencia de las
industrias creativas.
Desde
Hollywood: Creative America
Hablando de
industrias creativas, una de las iniciativas puestas en marcha por varios
organismos representativos de la industria hollywoodiense (la MPAA y varias unions como SAG-AFTRA, DGA
y IATSE) fue la plataforma Creative America, una organización
sin ánimo de lucro destinada a combatir la piratería.
Esta
plataforma se formó hace un par de años con el objetivo de promover el apoyo
popular al gobierno federal en su lucha a favor de la propiedad intelectual y,
en concreto, mostrar también su adhesión a la controvertida Stop Online Piracy
Act (SOPA). Además, buscan concienciar al ciudadano medio –y en
especial a todo el que trabaja directa o indirectamente en la industria audiovisual–
y crear un movimiento
popular en contra de la piratería.
Sin embargo, de
momento, se han topado con la reacción en contra de otro clúster empresarial,
Silicon Valley, quienes a través de las redes sociales, han tratado de anular
los efectos de esta iniciativa legislativa, promoviendo el disgusto público por
el intento del gobierno de limitar la libertad de expresión e intercambio en
internet. Lejos de arredrarse, Creative America acaba de anunciar a su nueva
responsable: Ruth Vitale, una antigua
ejecutiva de Hollywood reconvertida a consultora.
* * *
En suma, parece
ser que tanto el gobierno como la industria del entretenimiento de Estados
Unidos están más concienciados con este desarrollo sostenible del entorno
digital. Ojalá ocurra otro tanto con sus homólogos del mundo entero. Mientras
tanto, la batalla contra la piratería seguirá en los mares del ciberespacio, lidera
por la bandera de barras y estrellas, en su afán de proteger sobre todo los
intereses norteamericanos.
Nota: Con fecha 12/8/13, Variety
publicaba la noticia de la dimisión de Victoria Espinel como coordinadora de Propiedad Intelectual en la Casa Blanca. Al parecer, la presión de Silicon Valley y las desavenencias sobre el modo de aplicar algunos artículos de la SOPA han sido los causantes de su retirada.
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