La situación del sector de la distribución en
Europa descrita en el artículo anterior, sirve para contextualizar un análisis
más pormenorizado del caso español. En nuestro país, la distribución presenta
los mismos rasgos que en la mayoría de territorios europeos: un alto grado de
concentración y una acusada atomización. Como suele ser habitual, ambos rasgos
están interrelacionados
Respecto del primer fenómeno –alto índice de concentración–, bastaría con decir que, durante la
última década, el porcentaje de las diez primeras compañías de distribución ha
rondado el 90% del mercado. En cuanto al
grado de atomización, y según recoge
el último Anuario
de Estadísticas Culturales, el número de distribuidoras de cine en nuestro
país se sitúa en torno a 200, aunque en esta cifra se incluyen empresas muy
marginales (de hecho, la mitad de ellas distribuye solo una película al año). Si
ponemos en relación esta última cifra con el grado de concentración, puede
constatarse la existencia de un oligopolio
en el sector de la distribución cinematográfica en España. En honor a la verdad, debe señalarse que el
nivel de concentración ha ido descendiendo muy levemente, gracias a la
desaparición del consorcio United
International Pictures (UIP) –bajo en que operaban Universal Pictures y
Paramount Pictures– y al buen hacer de algunas distribuidoras nacionales como Aurum o Tripictures o DeAPlaneta.
Para tener un conocimiento más detallado de este
oligopolio, bastaría con echar un vistazo al ranking de las diez primeras distribuidoras en España cualquiera de
los diez últimos años. Por ejemplo, la tabla
1 recoge el resultado en 2011.
Por otra parte, y contrariamente a lo que cabría
imaginar, el alto grado de concentración y la situación de oligopolio
estadounidense no han impedido el aumento de estrenos nacionales (como se
comentó en un artículo
anterior). Es más, la cuota de mercado de las películas norteamericanas ha
descendido notablemente (en más de un 14%) durante el período de estudio,
mientras que la cuota de cine español ascendió en un 20% entre 2000 y 2010. En
cualquier caso, debe constatarse que este descenso de la cuota de mercado del
cine “made in USA” no representa un debilitamiento de la posición de dominio de
las compañías hollywoodienses. En efecto, las distribuidoras norteamericanas
han comercializado algunos de los títulos españoles de mayor éxito (como recoge
la tabla 2) e incluso alguna se ha
asociado temporalmente a distribuidores locales (caso del mencionado consorcio Warner-Sogefilms, que
estuvo operativo de 2000 a 2005).
Esta estrategia de colaboración se ha extendido
también a la actividad de producción.
En efecto, en el caso español las subsidiarias de Hollywood no sólo han participado
en el lanzamiento comercial sino en la propia producción de películas “cien por
cien” nacionales, como es el caso de El
florido pensil (J. J. Porto, 2003) y ¿Y
tú quién eres? (A. Mercero, 2007) , coproducidas por The Walt Disney Company Iberia; Kilómetro
0 (J. L. Iborra y Y. Gª Serrano, 2000) y Alatriste
(A. Díaz Yanes, 2006), coproducidas por NBC Universal Global Networks España; o
Reinas
(M. Gómez Pereira, 2005) y El
patio de mi cárcel (B. Macías, 2008), coproducidas por Warner Brothers
Entertainment España.
Ambas realidades –oligopolio en la distribución y
producto hollywoodiense de primer orden, junto a la producción de títulos
españoles de éxito– explican cómo las distribuidoras norteamericanas han
aumentado su porcentaje total de ingresos en el mercado español en los últimos
años, pese a haberse reducido el número de estrenos norteamericanos y también
la cuota de mercado de cine estadounidense (cfr. artículo
previo).
© Alejandro Pardo, 2012. Quedan
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ResponderEliminarEste ejemplo no lo había visto nunca, pero ciertamente es un buen ejemplo. Nuestra aportación en Oligopolio
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