Para completar el análisis sobre la
situación del cine español –al que hemos dedicado los últimos artículos–
debemos conocer también la opinión del público, es decir, del espectador
cinematográfico de nuestro país. Para ello, considero de especial interés el
estudio sobre percepción del cine español recogido en el anuario de EGEDA Panorama Audiovisual
2008-09, encargado a la empresa Metroscopia.
A él me voy a referir de modo preferente.
Este estudio, estadísticamente
riguroso (más de 3.200 entrevistas telefónicas, geográfica y socialmente
estratificadas, con un nivel el confianza del 95,5% y un margen de error de ± 1,8%), fue realizado en mayo de 2009,
y desmonta algunas de las ideas imperantes en la opinión pública acerca de la
percepción que los españoles tenemos de nuestro cine, sin ocultar sus conocidos
defectos y carencias.
Según apunta este estudio, “el cine español se ha
vuelto más atractivo, más internacional, más competitivo, y la gran mayoría de
los entrevistados (61%) consideran que el cine español es bueno o muy bueno”.
El mérito reside –como comentábamos en una de las entradas anteriores, en la
nueva generación de talentos creativos, artísticos y técnicos, que han sido
capaces de ofrecer películas de muy variado género y de notable factura. Al
igual que ocurre con el cine europeo, subraya este informe en sus páginas
iniciales, “el cine español gusta porque presenta nuestros valores, nuestra
cultura y nuestra problemática, porque se atreve a saltarse los ‘estereotipos
yanquis’ y a presentar dramas, personajes marginales o problemas éticos, que
serían impensables en las grandes producciones de Hollywood”.
Junto a estos puntos positivos, destacan algunas
sombras. Por ejemplo, sigue bastante arraigada la etiqueta de “españolada” como
arquetipo de película nacional, a la que se asocia una serie de ingredientes
peyorativos: “comedias fáciles (a veces demasiado), con personajes tontos y
machistas, a menudo con recurso a un sexo innecesario”. Otros muchos piensan
que el cine español es “monotemático”. De alguna forma, “se ha pasado de un
cine franquista encasillado en la comedia costumbrista y en la moral del
régimen a un cine nuevamente encasillado en dramas personales, marginalidad o
temas que generan polémica, sobre todo en el sector de la derecha (eutanasia,
guerra civil, homosexualidad, etc.)”. Sin embargo, esta sensación de cine
monotemático, “es general (no sólo aparece en los más críticos)”. En
consecuencia, “se echa en falta una mayor diversidad de géneros y,
especialmente, se señala la carencia de películas para todos los públicos”. Por
último, los entrevistados también ponen de manifiesto “la falta de recursos
(producción y distribución) y la falta de marketing del cine español”, carencias
que “hipotecan [su] calidad y rentabilidad”.
Es interesante constatar cómo las opiniones sobre
el cine español difieren según la ideología. En efecto, según recoge este
estudio, aunque el cine español gusta a la mayoría, la percepción de que es
bueno o muy bueno es mayor entre los entrevistados de izquierdas (68%) que
entre los de derechas (50%).
Otros titulares destacados son los siguientes:
- Uno de cada tres entrevistados ve cine español con cierta frecuencia. Sólo el 10% nunca ven películas nacionales.
- 8 de cada 10 entrevistados considera que el cine español debería tener más en cuenta los gustos de los espectadores.
- El 61% considera que las películas españolas están por encima de la imagen que proyecta el cine español.
- La mayoría de los entrevistados piensa que el cine español debería tener más presencia en las salas (75%) y en la televisión (80%).
- De igual modo, el 71% de los entrevistados opina que las administraciones públicas deberían apoyar más la industria cinematográfica española.
- Perfil del espectador más amante del cine español: mujer, 46-60 años, con estudios elementales, mayoritariamente de izquierdas, residente en poblaciones pequeñas.
- Perfil del espectador más crítico con el cine español: menor de 30 años, de ambos sexos, formación universitaria, mayoritariamente de derechas, residente en poblaciones grandes.
A continuación, recojo una serie de gráficos sobre
algunas preguntas y respuestas (abiertas) incluidas en esta encuesta:
Para terminar, considero interesante incluir
también los principales resultados de otra encuesta encargada por el diario La Razón
a NC Report (estadísticamente menos
representativa: 600 entrevistas telefónicas realizadas en febrero de 2011, con
un nivel de confianza del 95,45% y un margen de error de ± 4%). Aunque la intencionalidad de
este artículo
es clara (demostrar le supuesto divorcio entre el cine español y su público),
lo cierto es que los resultados no distan mucho del informe publicado por
EGEDA, y permiten asimismo una lectura positiva. He aquí las principales
preguntas y respuestas, expresadas gráficamente:
En resumen, el
público español percibe el cine nacional de una manera más positiva y menos
dramática de lo que a veces transmiten los medios de comunicación o algunas
instancias políticas y sociales (no tanto profesionales). Con todo, hay luces y
sombras, y –dicho sea de paso–también algunas incongruencias entre las
respuestas recogidas en estas encuestas y la realidad del mercado
(recaudaciones y espectadores de las películas españolas). En cualquier caso, y
pese a la crisis, la industria cinematográfica española debe continuar
progresando en la línea de esas claves expuestas. No va a ser un camino fácil,
pero es el único.
© Alejandro Pardo, 2012. Quedan
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