En
su estudio sobre centros de producción audiovisual (rodajes) en el mundo (The Film Studio: Film Production in the
Global Economy), Ben Goldsmith y Tom O’Regan explican cómo varios de los estudios de cine de más
reciente construcción se han promovido siguiendo el lema “Si lo construyes, él
vendrá”, que constituye el leit-motif
de la película Campo de sueños (1989) –protagonizada
por Kevin Costner. La trama gira en
torno a un granjero que oye una voz interior para construir un campo de beisbol
en un terreno destinado al cultivo del maíz, y de este modo hacer regresar del
más allá a un mítico jugador. A partir de ahí, el protagonista decide poner
todo el empeño en hacer realidad este sueño. Aplicado al caso que nos ocupa, la
demanda de las majors de Hollywood y de
otras grandes productoras de cine por encontrar platós de rodaje adecuados
fuera de Estados Unidos, ha provocado una eclosión de centros de producción en
todo el mundo, auspiciada por el convencimiento de que, una vez construidos, los
rodajes internacionales vendrán casi por sí solos. Así, todos estos complejos
de producción han recibido luz verde después de elaborar concienzudos planes de
negocio que demostraban su viabilidad. Sin embargo, pronto se ha visto que, al
menos en algunos casos, estas expectativas no se han cumplido.
Así
ha ocurrido en nuestro país con La
Ciudad de la Luz, un centro de producción que puede encuadrarse en la
categoría de los greenfield studios.
La Ciudad de la Luz: vista aérea |
Desde
su inauguración en 2005, la Ciudad de la Luz ha acogido rodajes por valor de
unos 300 millones de euros, incluyendo películas de gran presupuesto como Lo imposible (2012), comedias como Su Majestad Minor (2007) o
producciones más autorales como Tetro (2009). Sin
embargo, tras casi una década en funcionamiento, este complejo se ha declarado
en bancarrota y está en proceso de cierre o privatización.
Unas instalaciones de primera
Ubicada
en Alicante (ciudad de la que toma el nombre en su etimología latina = lucentum), junto al mar (340 días soleados al año), este proyecto nació por
el deseo del afamado director Luis García Berlanga, quien junto a
algunos productores, lo promovió con el objetivo de mejorar las
infraestructuras del sector cinematográfico español. Contó con la ayuda de la Generalitat Valenciana, muy
interesada en convertir la región en un punto de referencia de ciencia, arte,
industria y entretenimiento. A ello se
unía el interés del gobierno autonómico y los profesionales de crear un clúster audiovisual en esa zona
levantina.
La Ciudad de la Luz: Instalaciones |
Así
pues, este centro de producción surgió con el fin de ofrecer, según anunciaba en su página web, “servicios
modernos y avanzados para dar respuesta a todas las necesidades del mercado
nacional e internacional”. Con una inversión de 270,4 millones de euros, y con
una superficie total de 3.195.395 m2, fue diseñado por Gary
Bastien, arquitecto especializado en estudios de cine (él mismo remodeló
los de Paramount, Dreamworks y Warner Brothers), al que ayudó un estudio local,
Magín Ruiz de
Albornoz.
Su
equipamiento como infraestructura,
en términos de calidad y en cantidad, es más que sobresaliente. La tabla 1 recoge una descripción de las
instalaciones.
Fuente: www.ciudaddelaluz.com |
En busca de producciones internacionales
Con
semejante nivel de inversión, La Ciudad de la Luz se lanzó a la caza y captura
de rodajes internacionales. Productores del mundo entero –principalmente de Europa, EE.UU.
y la India
(Bollywood)– la visitaron y expresaron su satisfacción e incluso asombro por el
alto nivel de calidad de esta infraestructura de producción, especialmente
diseñada para servir como un estudio de servicios integrados (one-stop shop). De hecho, durante estos
años, la Ciudad de la Luz acogió rodajes de cierta entidad, tal y como revela
la tabla 2.
Indudablemente,
son películas de cierta envergadura y algunas de ellas como Asterix y los Juegos Olímpicos o Lo imposible demuestran las capacidades de este complejo de
producción. Quizá por ello mismo, la que fuera directora de La Ciudad de la
Luz, Elsa Martínez, movida por un
desbordante optimismo, declaraba hace unos años: “Alicante será la segunda Hollywood, porque aquí
entras con una idea y sales con una cinta debajo del brazo. Es una regla de
tres: si en cinco años hemos hecho cincuenta películas, ¿qué haremos en 108
años?”. Por desgracia, no solo sus predicciones no cumplieron, sino que varios
e importantes proyectos hollywoodienses, que iniciaron negociaciones para
rodarse en la Ciudad de la Luz, acabaron ubicados en otros centros de
producción que ofrecían ventajas más competitivas. Algunos de estos proyectos
perdidos fueron Watchmen (2009), que acabó siendo rodado en los Canadian
Motion Picture Park Studios
(Canadá); Las
crónicas de Narnia: La travesía del viajero del alba (2010), que se fue a los estudios Gold
Coast (Australia); y Prince
of Persia: las arenas del tiempo (2010), que se rodó finalmente en Pinewood Shepperton (Reino Unido) y en los Studios
Atlas (Marruecos). Otro caso
hiriente fue el de Ágora (2009), una superproducción de 50 millones
de euros, que acabo rodándose en Malta por resultar económicamente más competitivo.
Radiografía de rodajes
La radiografía de las producciones
audiovisuales rodadas en La Ciudad de la Luz muestra el alcance limitado de sus
logros. Resulta difícil precisar el número exacto de producciones audiovisuales
rodadas en este complejo. Según la página web oficial, ascienden a 66. Sin
embargo, no existe listado actualizado y completo. En mi caso, solo he podido
identificar 60, y sobre éstas ofrezco la siguiente estadística: 55 (91,7%) son largometrajes (uno de ellos de animación) y las 5
restantes son producciones de la televisión (8,3%) –telefilmes, series y
miniseries. Desde el punto de vista de la nacionalidad, 33 producciones (55%)
son cien por cien españolas, mientras que 27 (45%) son las coproducciones
internacionales –sobre todo con los países europeos o de América Latina, y solo
2 de ellos con los EE.UU.
Rodaje de Astérix y los Juegos Olímpicos (2006) |
El
promedio anual de rodajes ha sido de 7,5, una cifra demasiado pequeña para la
capacidad de este estudio de cine. Hay que anotar que gran parte de este
volumen de películas ha sido posible gracias a acuerdos con algunas productoras
españolas como Lolafilms (nacional), Trivisión (local), Kanzaman (servicios para coproducciones con empresas
estadounidenses y británicos), Sorolla Films (empresa local vinculada a la Ciudad de la
Luz) y Tornasol (centrado en
coproducciones con países de América Latina).
Promoción de
rodajes e impacto económico
¿Hasta
qué punto La Ciudad de la Luz ha demostrado ser un importante generador de
beneficios económicos constantes para la región valenciana? Según indica la
página web (no actualizada) el impacto económico directo en la Comunitat
Valenciana de las 66 obras audiovisuales producidas en este complejo
audiovisual desde 2005 hasta 2011 alcanza la cifra de más de 200 millones de
euros de gasto en la región. Con ocasión de esos rodajes, se suscribieron 3.312
contratos con empresas valencianas, se realizaron 164.675 pernoctaciones
en hoteles de la provincia de Alicante, se contrataron 5.427 técnicos
valencianos y otras 57.025 sesiones de figurantes y extras. Desde luego,
son cifras nada despreciables, reveladoras del potencial de una actividad como
ésta en una determinada área geográfica.
Rodaje de Lo imposible (2012) |
Por
esta misma razón, la Generalitat Valenciana, aparte de actuar como uno de los
principales socios de La Ciudad de la Luz, ha procurado también por desarrollar
una política audiovisual adecuada para atraer cada vez más producciones
cinematográficas a la región. En este sentido, en 2008 anunció un nuevo
incentivo para los productores europeos y españoles, que ofrecía entre un 16% y
un 20% de reembolso de los gastos realizados en la Comunidad Valenciana. En
2009, puso en marcha un nuevo fondo cinematográfico de 17,6 millones de euros
para el período 2009-2011, administrado por el Instituto Valenciano del
Audiovisual Ricardo Muñoz Suay (IVARMS). Para acceder al fondo, los
productores debían trabajar con un coproductor local, y al menos una tercera
parte de la película debe ser rodada en la zona. Los productores podían
solicitar la recuperación de entre el 20% al 80% del gasto local, con un tope
de 4 millones de euros para cada proyecto y/o el 50% del presupuesto de la
película.
¿Una gestión deficiente? El peligro de mezclar negocios y política
Cualquier estudio de cine de estas
características debe contar con respaldo político. Sin embargo, todo ello debe
hacerse respetando las leyes del mercado, y determinando una serie de líneas
rojas que no deben cruzarse. Un aspecto muy criticado de La Ciudad de la Luz han
sido sus vínculos políticos y su deficiente (o complicada) gestión.
La
Ciudad de la Luz, S.A.U., se constituyó a finales de 2000, con fondos públicos
de la Generalitat. Desde 2003 hasta mediados de 2008, el ex ejecutivo de
Pinewood Studios David
Rance se encargó de la gerencia a través de su firma de AD Studio
Consultants. Al mismo tiempo, en 2004,
la empresa privada Aguamarga Management Studio fue contratada para manejar el
estudio sobre una base de día a día. José Luis Olaizola, conocido
productor de cine español y uno de los socios iniciales, fue nombrado director
general. Por su parte, la Generalitat Valenciana se reservaba el derecho a
nombrar al director general. De 2006 a 2009, este puesto fue ocupado por José
María Rodríguez Galant, representante local del Partido Popular. Fue
reemplazado por Elsa Martínez, ex directora de una agencia de relaciones
públicas, y exconcejal por el Partido Popular, que ocupó ese cargo hasta 2013,
año en que fue reemplazada por el productor José Antonio Escrivá.
Según algunas voces críticas, especialmente
las relacionados con la oposición política, la gestión de La Ciudad de la Luz
se ha visto afectada negativamente por estas conexiones políticas. En otras
palabras, los intereses políticos han prevalecido sobre los económicos. Así, la
Generalitat buscó el modo de atraer rodajes internacionales a toda costa,
haciendo uso en ocasiones de estrategias subrepticias. Por ejemplo, Astérix en los Juegos
Olímpicos recibió una ayuda de 4,7 millones de euros de la Generalitat (con un
retorno de 30 millones de euros para Alicante, según el Consell); y Tetro,
de Francis Ford Coppola, 500.000 euros en forma de pago por una clase magistral
y una rueda de prensa.
A ello se une la denuncia por
competencia desleal elevada por los estudios Pinewood de Londres en 2007 ante
la Comisión Europea. Tras años de litigios, la Dirección General de Competencia
de la Unión Europea falló en 2012 a favor de los británicos y ha
obligado a la Ciudad de la Luz a devolver a la Generalitat las ayudas a los
rodajes y a la construcción de los estudios, lo que asciende a 274 millones de
euros, lo que implica la venta
o privatización de este complejo cinematográfico. Y, por si fuera poco,
también se ha abierto otro frente legal con la antigua gestora, Aguamarga
Management Studio, demandada por incumplimiento de contrato, condenada y ahora
ganadora de un recurso.
De igual modo, se ha puesto en tela
de juicio la ayuda a determinadas productoras que han tenido una presencia relevante
la actividad cinematográfica de La Ciudad de la Luz. Tal es el caso del tándem Castafiore-Tornasol,
ligado al productor Gerardo
Herrero, responsable de una veintena de títulos allí rodados.
Resulta
fácil hacer leña del árbol caído. Así lo demuestra la mayoría de artículos
publicados en torno al triste final de este complejo cinematográfico. En el
próximo artículo ofreceremos un balance ponderado de los aciertos y errores de
este proyecto llamado a posicionarse como un referente europeo. Por desgracia, tras casi diez años intentando el
despegue, La Ciudad de la Luz se ha convertido en La Ciudad de las Sombras.
Artículos
relacionados: