Siguiendo con
los resultados parciales de la encuesta sobre las variaciones que las nuevas
tecnologías han impuesto en la “dieta”
del consumo de medios en España –realizado por un grupo de profesores de la
Facultad de
Comunicación de la Universidad de Navarra–
ofrecemos en esta ocasión algunos datos particulares sobre los hábitos de consumo de cine a través de la
red en nuestro país. En concreto, en
qué pantallas preferimos ver las películas, cómo accedemos a ellas,
cuál es el modo habitual de visionado,
si nos ha costado o no dinero y si estaríamos dispuestos a pagar por ello. Estos resultados se basan en una encuesta original encargada al Centro de Investigaciones
Sociológicas (CIS) en junio de 2012, sobre una muestra representativa de internautas.
Internautas
en España: cuánto y cómo accedemos a la Red
Antes de
entrar en los detalles de esta encuesta, conviene ofrecer unas cifras
preliminares que sirvan de contexto sobre la utilización de internet en España. Según el último
informe Navegantes en la Red (marzo
2013), elaborado por de la Asociación para la
Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), un 61,4% de la población
española es internauta (es decir, se ha conectado a la red en el último mes).
Este porcentaje varía de mayor a menor según se avanza en la pirámide de edad. Más
de la mitad se conecta más de dos horas, una quinta parte de ellos (20,8%) utiliza
la red entre 4 y 8 horas diarias, y un 8,1% supera incluso esa cantidad (ver figura 1). Por otro lado, los
ordenadores y los smart phones son
los dispositivos más utilizados para ello, como se aprecia en la figura 2.
Fuente: AIMC (2013) |
Fuente: AIMC (2013) |
Como
veremos a continuación, existe una discriminación (o selección) de pantallas según
los usos (para qué utilizamos internet) y los contenidos (qué vemos en
internet).
¿En
qué dispositivos vemos las películas?
Un primer
resultado de nuestra encuesta tiene que ver con la relación entre cine y pantallas en internet. Como recoge la figura 3, los ordenadores (tanto de sobremesa
como portátiles) son la pantalla favorita a la hora de ver películas (el 56,3%
de los internautas afirman utilizarlo con este fin “bastante” o “mucho”),
seguida muy de cerca por el televisor (55,8%) –aunque en la encuesta no se concretaba
este punto, entendemos que se trata de una smart
TV o de una TV a la que se puede conectar un ordenador o disco
duro-reproductor–. En cambio, las tabletas y los móviles poseen porcentajes
menores (9,6% y 1,7%). Es cierto que esto último puede explicarse por el menor
índice de penetración de ambos dispositivos, pero a nuestro juicio se trata más
bien de la constatación de un principio:
en el consumo online, cuando se trata
de películas, el tamaño de la pantalla
importa.
Fuente: Elaboración propia |
De hecho, en
otra encuesta realizada a internautas para este mismo estudio, se demuestra
cómo las pantallas o dispositivos guardan una relación con el tipo de contenido
audiovisual. Así, como se muestra en la figura
4, las películas se visionan
preferentemente a través del televisor (o de la videoconsola conectada al
televisor) y del ordenador, mientras que el móvil o la tableta apenas se usan
para este fin. Algo similar ocurre en el caso de las series de televisión, aunque al tratarse de contenidos de menor
duración y creados directamente para la pequeña pantalla, el ordenador y las
tabletas también tienen una presencia significativa. En cambio, en el caso de
los contenidos informativos y deportivos prevalecen las pantallas de
menor dimensión. En suma, la calidad y el tamaño de la pantalla son factores
importantes cuando se habla de películas (o de contenidos de larga duración),
porque el espectador medio busca experimentar la “magia del cine” en las
mejores condiciones posibles.
Fuente: Elaboración propia |
¿Cómo
vemos las películas por internet?
Una última serie de respuestas
ilustran algunos de los hábitos más consolidados acerca del modo en que
consumimos películas por internet. Hemos de adelantar que varias de las respuestas
obtenidas no son conclusivas y, en algunos casos, más bien resultan contradictorias.
Así, al preguntar sobre el modo en que se visionan las películas en
internet, la mayoría de los internautas encuestados eligen la descarga
(52,6%) como la opción más frecuente, frente al streaming (ver figura 5).
De igual modo, más de un 55% de los internautas encuestados afirman obtener las
películas de webs oficiales de distribuidores o cadenas de televisión, mientras
que sólo un 22,7% lo hace a través de redes P2P. A esto se añade un alto
porcentaje (21,9%) que “no sabe / no contesta” (ver figura 6). Estos porcentajes no concuerdan con el elevado índice de
piratería que existe en nuestro país. De ahí que sea muy probable que una parte
significativa de los que no han querido contestar obtengan también las
películas a través de webs no legales.
Fuente: Elaboración propia |
Fuente: Elaboración propia |
Finalmente, en lo relativo a las
condiciones económicas (pago vs.
gratuito), el 86,2% de los internautas ven películas sin pagar (lo cual
también subraya la matización anterior) y sólo un 13,8% está suscrito a alguna
de las opciones de pago (figura 7).
Cuando preguntamos acerca de la disposición para pagar, un 19,6% arroja una
respuesta positiva. En otras palabras, apenas un 5,8% de los que ven películas
de modo gratuito estaría dispuesto a pagar por verlas (figura 8).
Fuente: Elaboración propia |
Fuente: Elaboración propia |
Nuevos hábitos de consumo para los nuevos
medios
El panorama descrito anteriormente
puede resumirse en dos consideraciones que, aunque hayan sido inducidas del
caso español, pueden aplicarse a otros países. Por un lado, el nuevo perfil de
público (espectador/consumidor) demanda la portabilidad
y accesibilidad que ofrecen las
nuevas tecnologías, pero discrimina las pantallas
o dispositivos según sea el tipo de contenido
que quiere ver. En el caso de las películas, los internautas españoles
prefieren verlas en las pantallas de mayor tamaño. Por otro, la mentalidad del pago por visión en internet no ha
calado todavía en la mentalidad del espectador cinematográfico. La piratería sigue siendo el principal
escollo que impide la sostenibilidad de cualquier modelo de negocio audiovisual
en internet. Con todo, el cambio de modelo es ineludible y se consolidará en
nuestro país al igual que lo está haciendo en otros, aunque a un ritmo más
lento que el deseado.
Artículos
relacionados: