viernes, 7 de febrero de 2014

Consumo de películas en Europa (2): perfiles de espectadores

            Continuamos comentando el informe A Profile of Current and Future Film Audiovisual Audience, realizado a instancias del nuevo programa Europa Creativa (sustituto del Programa MEDIA). Una de las aportaciones más sugerentes de este estudio es la propuesta de una serie de perfiles de espectadores cinematográficos europeos (entendiendo como tales a todos aquellos que ven películas en cualquier pantalla), realizados a partir de sus hábitos de consumo y combinados con otros rasgos complementarios. A ello se une el análisis detallado según variables sociodemográficas como sexo, edad, nivel económico y nivel de estudios, y los cruces entre todas ellas, aunque no nos detendremos en este punto.

De “cine-adictos” a “cine-indeferentes”: tipología principal de los espectadores europeos

            Las categorías principales propuestas por este informe para definir los distintos tipos de espectadores o consumidores de películas son las siguientes (la traducción al castellano que ofrezco no siempre es literal):

a) “Cine-adictos” (hyperconnected movie addicts): Son los consumidores más compulsivos de cine y contenidos audiovisuales y suponen un 24% de los encuestados (el mayor porcentaje). Pertenecen por definición a los “nativos digitales”, y coinciden con los adultos jóvenes (16-25 años), fundamentalmente hombres, residentes en áreas urbanas, con alguna sala de cine próxima, habituales consumidores de medios y cultura, y bien equipados en cuanto a dispositivos audiovisuales. Con un gusto cinematográfico amplio, suelen ver todo tipo de películas (desde cine hollywoodiense a europeo, e incluso de terceros países) y saben apreciarlas. Son muy proactivos a la hora de buscar información y dar su opinión en redes sociales.
b) “Cine-selectos” (rushed independent movie selectives): A este grupo, que representa el 22% de los encuestados, pertenecen adultos entre 26 y 50 años, principalmente mujeres, con pocos hijos o sin ellos, de cierto nivel adquisitivo y alto nivel de estudios, que viven también en zonas urbanas y gozan de un amplias opciones audiovisuales (cines incluidos). Poseen menos tiempo para el ocio que los anteriores y por ello mismo son espectadores más exigentes con respecto al tipo de películas que consumen. Poseen un gusto más sofisticado: prefieren el cine independiente a la típica superproducción de Hollywood, y por ello mismo están más capacitados para disfrutar del cine europeo. No son tan activos en redes sociales pero se declaran igualmente cinéfilos.
c) “Cine-generalistas” (mainstream blockbuster lovers): A este perfil pertenece un 16% de los encuestados. Representarían el gusto medio, en el sentido de que suelen ver principalmente los títulos más populares (sean superproducciones o películas de género hollywoodienses, junto a unas pocas películas europeas –normalmente, las más exitosas). Así pues, se trata del público cinematográfico que podría situarse en la media –ni muy fan, ni muy indiferente–. De poder adquisitivo moderado y un nivel de estudios medio, viven en zonas urbanas o rurales, y se conforman con la información cinematográfica que reciben a través de los canales convencionales.
d) “Cine-ocasionales” (occasional hit grazers): Este grupo, que alcanza el 21%, se caracterizan por ser espectadores más esporádicos –y de igual modo, no son grandes consumidores de cultura o medios de comunicación–. Pertenecen a un estrato social medio o medio-bajo, de menor poder adquisitivo. Por ello mismo, no suelen optar por ofertas de ocio costosas y procuran obtener modos gratuitos de acceder a esos contenidos. Predominan las mujeres jóvenes, que vienen en áreas rurales o semi-urbanas, y con nivel de estudios básico o medio, o incluso todavía estudiantes. De gusto tendente a generalista, aunque con menor volumen de consumo, prefieren el cine norteamericano al europeo. No se consideran cinéfilos ni son activos en la búsqueda o en la aportación de información sobre películas.
e) “Cine-indiferentes” (movie indiferents): Este último grupo de los perfiles principales alcanza el 16%. Reúne a los encuestados menos cinéfilos, que suelen identificarse con los de mayor edad, más bien hombres, que habitan en zonas rurales o semi-urbanas, de nivel económico y de estudios bajo, y cuya falta de interés específico por las películas está unido a la carencia de dispositivos audiovisuales (solo TV). Por supuesto, solo ven aquello que es gratuito.

Figura 1: Tipología de espectadores por hábito de consumo de películas
Fuente: A Profile of Current and Future Audiovisual Audience (2014) 

            Los tres primeros perfiles suman el núcleo duro de los espectadores de películas en Europa (62%), y en los que se cifra la esperanza de un futuro más prometedor. Sin embargo, permanecen algunos interrogantes: ¿Seguirán los actuales nativos digitales siendo “cine-adictos”, siquiera moderados, cuando envejezcan? ¿En qué medida estos perfiles están distorsionados por la piratería? ¿Pueden cambiarse estos hábitos mediante una educación cinematográfica? El estudio no responde abiertamente a estas preguntas, aunque arroja algunas luces que comentaremos más adelante.

               Las siguientes gráficas desglosan estas categorías por sexo y edad.

Figura 2: Tipología de espectadores (desglose por sexo)
Fuente: A Profile of Current and Future Audiovisual Audience (2014)

Figura 3: Tipología de espectadores (desglose por edad)
Fuente: A Profile of Current and Future Audiovisual Audience (2014) 



De los “eurófilos” a los “cine-cultivados”: otra tipología complementaria de espectadores europeos

            Los perfiles anteriores se combinan con otra tipología más atípica, que recogemos a continuación:

a) “Consumidores online de cine gratuito” (free-downloaders): El 55% de los encuestados afirma ver películas de manera gratuita (sin especificar si se trata de opciones legales o ilegales). Se trata de una categoría híbrida desde el punto de vista sociodemográfico y de hábito de consumo fílmico. Agrupa tanto a los de menor poder adquisitivo como a los que poseen un mayor nivel de estudios. Por lo general, reúne a un porcentaje significativo de “cine-adictos” o “cine-selectivos”.
b) “Eurófilos” (europhiles): En este grupo se incluyen los que afirman ver con más frecuencia películas europeas, aunque no en exclusiva. Representan el 14% del total y también coincide con parte de los “cine-adictos” y “cine-selectivos”. Predominan las mujeres más bien jóvenes, procedentes de áreas urbanas.
c) “Cine-influyentes” (film-influencers): Esta categoría engloba a los cinéfilos que se declaran como tales y que son activos en las redes sociales, buscando información y compartiendo sus críticas o comentarios. Alcanzan un 30% de los encuestados.
d) “Cine-cultivados” (film-literates): Bajo esta denominación se incluyen aquellos espectadores europeos que han recibido algún tipo de formación cinematográfica específica en la escuela o universidad, o que forman parte de cine-clubs o instituciones similares. Se trata de una categoría muy poco precisa, y su porcentaje es el menos claro (en torno a un 30%).
e) “Cine-accesibles” (cinema-enabled): Con este término se designa a aquel porcentaje de los encuestados que tiene un cine a menos de 30 minutos de su casa (un 86%). Por lo general, se trata de un público cinematográfico medio, buen consumidor de películas no solo en las salas, sino también en el hogar.
f) Cine-inaccesibles” (cinema-disabled): Al contrario que los anteriores, este grupo está formado por aquellos encuestados que no poseen un cine a una distancia razonable (más de media hora del hogar).

En busca de un marketing cinematográfico más eficiente

        Probablemente el lector medio encuentre estas categorías un tanto curiosas o indiferentes. La intención de quienes han realizado el informe es utilizarlas como orientación a la hora de diseñar estrategias de marketing más eficaces. De hecho, el estudio dedica varias páginas a profundizar en este punto. Por ejemplo, invita a apuntar a los “cine-adictos” como target idóneo para promocionar películas europeas en canales de vídeo-bajo-demanda (VOD); a proveer a los “cine-selectivos” de plataformas que aumenten la visibilidad de las películas europeas; a estudiar la manera en que los “eurófilos” se conviertan también en “cine-influyentes”; etc.

            Como herramienta de marketing, estas categorías pueden ayudar a enfocar acciones promocionales o ha posicionar mejor el cine europeo ante determinados públicos (targets). Más allá de análisis estadísticos, habrá que ver si estas propuestas calan, de hecho, entre los responsables de marketing de películas.


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